Córdoba Romana



Hasta este momento nos hemos ocupado de trazar un breve bosquejo de los acontecimientos más trascendentales vividos por Córdoba en su etapa romana, así como de efectuar un recorrido panorámico, igualmente breve, acerca de su evolución urbana, de acuerdo con lo que la investigación arqueológica ha ido descubriendo. Pero al lector le debe interesar, especialmente, conocer cuales son los vestigios que actualmente se conservan de ese rico Pasado y en que lugar puede disfrutarlos.
Desgraciadamente, en Córdoba, "in situ", son pocas las huellas que el lector va a encontrar de ese pasado tiempo de esplendor romano. Córdoba es un excelente ejemplo de ciudad superpuesta, en el que bajo la ciudad actual se encuentran enterradas otras ciudades: medieval cristiana, musulmana y romana. Intereses diversos no han permitido que esos ricos vestigios del Pasado, salvo muy contadas excepciones, se hayan podido conservar en el propio lugar de descanso. A diferencia de otras ciudades españolas, también ricas en señales de otras culturas, en Córdoba no se ha seguido un criterio que hubiera permitido crear, al menos en alguna zona de la ciudad, algún tipo de parque arqueológico que pudiera ser visitado por lo que hoy conocemos como turismo cultural. Incluso en tiempos muy recientes, los criterios políticos y económicos no permitieron conservar integramente los restos del magnífico "Palatium" de Cercadilla. La ciudad precisaba disponer con urgencia de una nueva Estación de Ferrocarril y los presupuestos de la Administración no podían hacer frente a los gastos que la conservación íntegra e "in situ" del yacimiento arqueológico habrían supuesto. Precisamente, los restos del criptopórtico (constituido por una galería semisubterranea de casi cuatro metros de alto y cuatro metros y medio de ancho, que describe un recorrido semicircular que supera los ciento cincuenta metros de longitud) afloraron en el lugar en el que hoy se ubica la playa de vías de la moderna Estación.

Excavaciones de Cercadilla. Al fondo, la estación de ferrocarril, que arrasó prácticamente toda la zona del criptopórtico.



Todavía en estos momentos (2002) seguimos esperando que la Junta de Andalucía ultime el proyecto que debería permitir la integración de los restos arqueológicos que se han podido conservar en el marco que supone la Estación y la nueva trama urbanística de esta zona de Córdoba.
Una excepción a la regla general de ausencia de restos arqueológicos "in situ" es la constituida por el yacimiento conocido como "Gran Templo", que se sitúa en la actual calle de Claudio Marcelo y que, por su destacado interés, tratamos en otro lugar de este estudio, al que remitimos al lector.
La persona interesada en la contemplación de los vestigios romanos de Córdoba debe, por tanto, encaminar sus pasos, en primer lugar, al excelente Museo Arqueológico Provincial, sin duda uno de los más atractivos, en su materia, en nuestro país. El Museo alberga importantes colecciones procedentes de diferentes yacimientos de la provincia de Córdoba, en las habituales secciones de Prehistoria, Protohistoria (Ibérico), Romano y Musulmán. Los patios "romanos" del Museo permitirán al visitante gozar con la contemplación de abundantes vestigios de esa época, incluyendo magníficas piezas escultóricas, mosaicos, documentos epigráficos, restos de elementos arquitectónicos, etc. Algunos de ellos, por su especial calidad, son dignos de figurar en los más exigentes compendios de Arte, como es el caso de varios de los mosaicos, el sarcófago paleocristiano excavado en El Brillante, esculturas de togados, etc.

En el propio Museo, en uno de sus patios, se conservan los restos de una escalinata de época romana que en tiempos pasados motivó importantes controversias sobre su funcionalidad. Con el descubrimiento del edificio del teatro, en un solar anexo al Museo, que en estos momentos está en proceso de excavación, se acreditó su vinculación a las estructuras de ese edificio público. Es de preveer que en un plazo más o menos breve el visitante del Museo pueda tener acceso a los vestigios que se nos han conservado del teatro.

Debe, seguidamente, visitar el lector el Alcázar de los Reyes Cristianos, en donde podrá gozar con la contemplación de los mosaicos que se excavaron en la actual Plaza de la Corredera (una de las zonas de expansión de la ciudad en el Alto Imperio, como vimos). Destacamos por su especial calidad el mosaico que representa el momento en que el cíclope Polifemo declara su amor a la ninfa Galatea. El tratamiento de la luz en esta obra es, a nuestro juicio, excepcional. Como lo es, igualmente, la habilidad del artista para captar el gesto de la bella Galatea (mitad de miedo, mitad de asombro) al contemplar el ojo que, en la frente, tiene el monstruo.



En este mismo recinto (Alcázar de los Reyes Cristianos) podrá también contemplar el visitante otra de las obras destacadas del arte romano en España. Nos referimos a un magnífico sarcófago de época Bajo Imperial, en el que un matrimonio (por su atuendo, amante de la Filosofía) está a punto de traspasar las puertas del "Mas Allá", que el escultor ha representado magistralmente entreabiertas.

En la calle Ronda de los Tejares son visitables un tramo de las recias murallas romanas (en la Oficina Principal de la Caja Provincial de Ahorros (hoy CAJASUR) y un buen mosaico expuesto también en otra entidad financiera (en concreto, en la Puerta Principal de la Oficina del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, hoy igualmente conocida como CAJASUR, en la medida en que ambas entidades se fusionaron).

Tumba romana. Puerta de Sevilla.



Debe el viajero desplazarse, a continuación, a la Avenida del Conde de Vallellano, en cuyos jardines encontrará dos construcciones, que se tenían admitidas como tumbas y que la moderna investigación considera que son, realmente, depósitos de agua, destinados a garantizar el suministro de ese líquido elemento al nuevo barrio que surgió con el ensanche de la ciudad hacia el Sur (en dirección al río), conocido habitualmente como Altos de Santa Ana, en donde se situó el nuevo Foro Provincial.

Casi enfrente de estas dos edificaciones, al otro lado de la Avenida, en la actual Puerta de Sevilla, se situa una gran tumba romana que procede de las excavaciones de la necrópolis del Camino Viejo de Almodóvar, que se ubicaba en el actual Barrio de Ciudad Jardín. Se trasladó la tumba a esta zona, ahora ajardinada, para permitir su contemplación por el público. Con ello, quizás, se evitó la posible destrucción de la misma. La especial grandiosidad de este monumento funerario acredita que se trata de una tumba perteneciente a una familia patricia, lo que se contradice con la calificación de necrópolis "de la plebe" que la investigación asignó a la necrópolis del Camino Viejo de Almodóvar. Recientemente, en las excavaciones efectuadas en el Paseo de la Victoria, dentro del area de influencia de esta necrópolis, afloró otro importante monumento funerario, en este caso un importante mausoleo de base circular, que también hubo de pertenecer a una familia acomodada. Esta edificación ha sido reconstruida y puede ser contemplada por el viajero en su ubicaciòn frente a la Puerta de Gallegos.

Mausoleo romano de Puerta de Gallegos. En el momento de su excavación y tras sus restauración.



Otros vestigios romanos podrá igualmente contemplar el viajero si pasea por el conocido Barrio de la Judería de Córdoba. No hemos de olvidar que el Puente Viejo sobre el Guadalquivir (situado a espaldas de la Mezquita) tuvo su origen en tiempos del emperador Augusto, al menos en su primera estructura de piedra. No obstante, lo cierto es que hoy día este puente, en diversas ocasiones restaurado, poco nos dice de ese inicial origen romano. En el Patio de los Naranjos de la Mezquita se pueden contemplar, igualmente, miliarios y capiteles romanos, y ya en el interior de la propia Mezquita se exhiben, en el Museo de San Vicente, los restos de un sarcófago decorado con relieves. No hemos de olvidar, además, que en la construcción del edificio los musulmanes reaprovecharon multitud de columnas y capiteles romanos, en los que el viajero podrá reparar paseando por la Gran Sala de Oración califal.



Finalmente, en las inmediaciones de Córdoba, en el Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra, de época califal, se exhiben los restos de otro sarcófago decorado con relieves, que representa una escena de tipo mitológico: la caza del jabalí por Meleagro. El sarcófago debió ser, inicialmente, reaprovechado como elemento de tipo ornamental, siendo posteriormente destruido en el transcurso de las guerras civiles que asolaron al-Andalus en tiempos de la disgregación del califato.

Fuente: Córdoba Romana




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